Cinco razones por las cuales mi abuela ama la tecnología

Sin categoría By Jun 06, 2010 No Comments

Mucho se habla en estos tiempos del poco interés de los adultos de la tercera edad  por las nuevas tecnologías; parecieran éstas cosa de los adolescentes, de gente 2.0  o nacidos en  la era de Michael Jakson, Britney Spears, Shakira, Cristina Aguilera, Beyonce, Lady Gaga o Justin Bieber.

En todos los tiempos, desde la invención del fonógrafo al teléfono, pasando por el cine, la televisión, la radio, las emisiones satelitales,  y más recientemente Internet y los dispositivos móviles convertidos en verdaderos puertos de comunicación, ha habido gente que se ha rezagado, que ha sido reacia a los cambios, a las nuevas formas de encarar la comunicación, pues en ocasiones el cambio se mira con temor, con incertidumbre y como algo que distará mucho del habitué de nuestra zona cómoda.

Es una cuestión de seguridad, de sentirnos cómodos con lo  que conocemos y expectantes ante aquello que promete cambios pero que no sabemos si al final terminará dando al traste con nuestro pedacito de confort. 

En resumen, el hábito por las nuevas tecnologías es inversamente proporcional a la edad; a más edad menos  amor por la tecnología.

Mi abuela es la excepción.

Un domingo de visita familiar -confieso que no son muy frecuentes- la encontré en su casa, sentada frente a una computadora portatil, chateando con una amiga virtual de la Polinesia Francesa, abiertas todas las ventanas de las redes sociales, un Ipod de ultima generación conectado a los oidos  y un Ipad recien comprado que prometía empezar a usar, para agarrarle el paso.

– Hola nieto – me dijo. Ya te enteraste que bastó apenas unos meses desde la salida de Bill Gates de la presidencia de Microsoft, para que Steve Jobs se adueñara del mercado?

-Era predecible -remató.

«Era predecible» -repetí para mí las últimas palabras de la abuela – al tiempo que pensaba definitivamente este mundo se ha vuelto loco,  mi abuela prediciendo el futuro del mercado de la tecnología …no te digo yo: fin de mundo !!

Confieso que no se quién ha inculcado en la abuela ese amor por la tecnología, cómo y cuándo operó ese cambio radical en ella, y los más desconcertante dónde diantres está el abuelo y qué rol jugaba en aquella casa donde ya se hablaba más de Bill Gates – William Henry III le llamaba mi abuela – que de los tangos de Gardel, los ensayos de Borges  o la Poesía de Rafael Cadenas.

Dejé a la abuela en su computadora. Fuí al estudio del abuelo: allí estaba recostado en un sofá, en medio de una pila de libros por doquier, un sillón de piel a medio desgastar, una lámpara de luz muy clara, una fotografía matrimonial: él de frac, ella de blanco, con un vestido de cola infinita en primer plano…dormía.

Regresé con la abuela. Fuí directo al grano.

-Abuela y esto ?.

– Esto qué ? 

– Pareces una carajita, abuela.

Mi miró con cara de reproche, se encogió como quien va a dar un salto y me dijo:

– «Esto» , querido nieto, es un salto adelante. Mira para que veas:

1. «Esto» me ha alejado de la soledad. Ya no estoy sola, me conecto, uso mi tiempo  libre en encontrar nuevos amigos aunque virtuales, lo cual acrecienta mi esperanza de que algún día los conoceré y podremos tomarnos un té todos juntos – tu abuelo incluído por supuesto -y hablar de cuando eramos jovenes y prometíamos cambiar el mundo. No sabes nieto cuán dolorosa es la soledad.  Ve aprendiendo: la compañia de los otros es una fortuna que se pierde con los años.

2. «Esto» es un médico en casa.  Te confieso que no se qué hago primero cuando se agudizan los achaques: llamar al médico o conectarme a Internet para buscar los síntomas y sus prescripciones. Tú sabes, los adultos tendemos a la hipocondria, y yo gozo de lo lindo teniendo a mi disposición, a la velocidad de un click, todos los diagnósticos posibles. Que cuál escojo entre tantos: cuál va a ser, el que mejor me convenga, jajaja.

3. «Esto» recuperó mi discoteca. No sabes cuán felíz me siento de tener lo que tu llamas «esto», y que me permita, con tan sólo un dispositivo minúsculo, recuperar esas canciones que hasta ayer permanecían apiladas en mi colección de álbumes de vinilo de 33 revoluciones. Ahhh, que maravilla !

4. «Esto» es el amigo más complaciente. Que perro ni que perro, «esto» es el mejor amigo del hombre. A un computador, por ejemplo, le escribes, lo tocas, pasas todo el día con él, te permite que te conectes con los otros y no se pone celoso, le hablas y calla, no te replica, no te acosa… lo dejas cuando quieres y vuelve cuando lo llamas…es amigo silencioso.

5. Finalmente, nieto, «esto» es un antídoto contra la impertinencia.  Que maravilla, nieto, cuando tu abuelo se pone crazy y empieza a refunfuñar por cualquier cosa, a hablarme de las batallas de la Independiencia de España y darme los detalles sangrientos  de cómo mataron a su padre en el mismo trecho donde aparecía el silbón, te juro que me entra una ansiedad profunda y lo dejo hablando solo y enciendo la portatil.

– «Este es mi chance » – me dije.

– Abuela, y qué ha habido con el abuelo, lo encontré solito por allá, dormido en su estudio de siempre, en su maravilloso mundo offline.

La abuela me miró con cara de reproche, como si le hubiera recordado algún episodio infelíz. Me dijo que discutía con él a menudo porque no  ha querido seguirla en sus inclinaciones por las nuevas tecnologías, que le cuestionaba su afan de dar el salto.

– Y qué hiciste, abuela ?

– Le di unfollowback !!

No Comments

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *