Apple v. FBI es el caso más sonado y de mayor repercusión mediática en estos momentos en los Estado Unidos de Norte América y más allá. El asunto que pretende dilucidarse a través de un pronunciamiento de la Corte, guarda relación con la seguridad nacional o lucha contra el terrorismo según el FBI, por un lado, y con la privacidad y seguridad personal según Apple, por el otro. Todos están pendientes de esta «batalla» legal, y sobre todo de cuál será el resultado y cómo ello nos afectará en el futuro inmediato a los usuarios de dispositivos móviles.
Apple v. FBI: nuevas reacciones
En mi entrada anterior, ya me referí al caso y di algunos detalles del forcejeo inicial Apple v. FBI y de qué iba todo. Desde entonces han ocurrido cosas nuevas, como por ejemplo el apoyo público a Apple por parte de Facebook y de Twitter, de Bill Gates a la solicitud del FBI, y de otros como Neil Richards, profesor de derecho en la Universidad de Washington, quien sostuvo que además de las repercusiones en la dos asuntos señalados -seguridad y privacidad- «este es un caso acerca de futuro».
Al mismo tiempo, las partes no han dejado de hacer público sus argumentos a favor y en contra de la orden judicial a Apple de proveer asistencia técnica en el desencriptado del iphone 5 de uno de los atacantes de San Barnardino, en diciembre 2015. Apple se negó, como lo dijimos en nuestra entrega anterior, con base en los argumentos preliminares allí expresados.
Los argumentos de Apple para decir NO
Pero ahora Apple ha presentado sus argumentos formales con el propósito de que se deje sin efecto la orden que lo conmina a prestar asistencia técnica y a crear un nuevo sistema operativo que permita el desencriptado.
De la revisión de la moción que pretende la desestimación de la solicitud, Apple ha esgrimido dos tipos de argumentos: unos técnicos, y otros jurídicos.
En cuanto a lo argumentos técnicos, Apple sostiene que el sistema operativo que pretende el gobierno -FBI- requiere muchos recursos y grandes esfuerzos para desarrollarlo. Aunque admite que es difícil estimarlo, porque núnca antes ha sido hecho, el diseño, creación, validación y despliegue del software podría necesitar de seis a diez ingenieros y empleados dedicando una sustancial parte de su tiempo durante cuatro semanas. Luego Apple ha de diseñar una funcionalidad que permita ingresar el código de acceso en el dispositivo, de la manera requerida por el FBI.
Una vez creado -dice Apple- el sistema operativo necesita pasar por procesos de prueba de calidad y seguridad, sobre todo instalándolo y probándolo en múltiples dispositivos y validándolo antes de ser desplegado.
El segundo tipo de argumentos es jurídico. Como se lee en esta nota de Business Insider, y en el contenido de la respuesta legal de Apple, ésta sostiene que i) la orden violaría la primera enmienda de la Constitución de los Estados Unidos de Norte América, que protege la libertad de expresión. De manera que el gobierno no puede obligarla a decir algo, en este caso a través de un código, especialmente cuando Apple no está de acuerdo con ello, y ii) que la quinta enmienda, relativa al «debido proceso», prohibe al gobierno obligar a Apple a crear el citado código, pues con la orden la relaciona de alguna manera, aunque atenuada, con el delito, violando así su derecho sustantivo al debido proceso y ser libre de una arbitraria privación de su librtad, en este caso por parte del gobierno.
Y concluye Apple: la sociedad está todavía debatiendo acerca de los asuntos referidos a la privacidad y seguridad planteados en este caso.
Veremos!
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