La clave del éxito en socialmedia está en la interacción, en la capacidad de crear condiciones para construir con los demás relaciones de mutuo beneficio. Para lograrlo son determinantes en la comunicación factores como el contenido, el lenguaje, el auditorio, y los motivos.
Leyendo algunos de los cientos de miles de tweets que tuitearon y retuitearon los asistentes y seguidores del reciente evento #internetestuyo, he dado con esta frase de @senormunoz: me gusta el concepto de «gente con la que me arrobeo» by @wicho en #internetestuyo.
Pues a mi también.
Eso de arrobear tiene que ver con la aptitud para generar interaccion con nuestros seguidores y a ello precisamente se refería @wicho cuando sostuvo que él suele dar arrobas por un tubo o lo que es lo mismo habla en twitter con todo el mundo y por esa razón tal vez su éxito en esta red social.
Eso centra la discusión en el tópico de cuál es la forma más eficaz en twitter de atraer una audiencia y compartir con ella contenidos de interés.
Reflexionando un poco sobre el asunto, y con independencia del perfil que cada quien elija tener y mantener en twitter, consideramos que hay algunos factores que están siempre presentes en la dinámica de la interacción multidireccional. Estos factores claves son el contenido, el lenguaje, el auditorio y el motivo.
1. El contenido.
Se refiere al qué se comparte en la red. Mientras más interesante, útil y atractivo sea el tema de nuestra conversación, mayores serán las probabilidades de tener eco en los demás. Eso no implica que hemos de ser todos unos gurús del socialmedia para crear frases rompedoras o postear artículos propios o ajenos academicamente impecables. No. Basta con que aún en las conversaciones más triviales seamos capaces de generar empatía y mantener el interés del otro.
2. El lenguaje.
Está relacionado con la forma de decir, con el cómo comunicamos. El cómo es el traje del mensaje, la forma como pretendemos llegar a los demás. Acá la clave es la autenticidad, la cual se manifiesta en la coherencia entre lo que pensamos y lo que decimos, en la seguridad y fluidez con que expresamos las ideas, en el tono, el énfasis, la cadencia…en fin la soltura con la que desplegamos palabras por doquier.
3. El auditorio.
Es el nicho que cada quien elige para llevar el mensaje. Es el dónde comunicar. La eficacia del mensaje es mayor si va dirigido al auditorio adecuado. En socialmedia es muy importante elegir el nicho de interés, abordarlo con inteligencia, cuidando no parecer un invasor incómodo e identificando los influencers para empezar a interactuar con ellos. Primero de manera moderada, como una especie de guiño cuyo propósito es romper el hielo y lograr bajar la guardia, luego más activamente para crear confianza, y finalmente haciéndose parte activa de la comunidad con aportes de utilidad.
4. El motivo.
Es el por qué del mensaje. La comunicación tiene una razón de ser, un motivo que la impulsa en un tiempo y lugar determinados. Es de utilidad tener claro por qué escogemos un nicho o audiencia e interactuamos con sus miembros. Por lo general lo hacemos porque forman parte de una misma comunidad de intereses, una misma profesión, un mismo arte u oficio, igual credo o religión o en fin porque comparten sueños o aficiones similares. Hacerlo así es sembrar en terreno fértil la semilla de la futura relación.
En #InternetEsTuyo también se dijo que tener muchos followers estaba sobrevaluado. Tal vez por aquello de que ¿cuál es el sentido de construir un rebaño numeroso al cual no atenderemos?. En el caso de las empresas se justifica porque su modelo de negocios se basa en la fidelidad a la marca, al producto, pero en el caso de las personas físicas lo que importa es cuánto interactuamos y qué aporta en cada caso esa interacción a la relación 2.0.
¿Qué sentido tiene entonces la actitud de la gente en twitter que no interactúa nunca, que no responde ni parece importarle los demás, aunque sean sus seguidores? -me preguntan.
– El silencio también es un mensaje -digo.
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