Hay dos tipos de bibliotecas: las personales y las públicas. En este post nos referiremos a las segundas y ahondaremos en cuál ha de ser el rol que deben jugar en estos tiempos en que la lectura parece relegada a un segundo plano, por lo menos de la manera tradicional.
Ello viene a cuento a propósito de este informe preparado por pew research center, en el que se hace un extenso y muy detallado y útil estudio acerca del papel que deben jugar las bibliotecas públicas en estos tiempos, y sobre todo el impacto que tendría, por ejemplo, cerrarlas y dar paso a otro tipo de iniciativas o herramientas de apoyo educativo.
Es un estudio para EEUU, pero que sin duda, con algunas variantes, podría tener completa aplicación en otros países de culturas diferentes a la anglosajona, por ejemplo en América latina, donde es usual que las bibliotecas públicas jueguen un papel importante en la formación personal y los beneficios estéticos o espirituales que proveen a sus usuarios a través del contacto con las obras y demás recursos que ofrecen habitualmente.
Cinco iniciativas referidas a la tecnología
En la cuesta llevada a cabo por Pew Research con jóvenes en edades comprendidas entre 16 o más años, se determinó que el veintisiete por ciento (27%) de aquellos que han visitado una biblioteca pública en los últimos 12 meses, han usado sus computadoras o la conexión a Internet o señal wi fi para conectarse, menos que el 31% que respondió afirmativamente la misma pregunta en el 2012.
Hay una disminución, cierto. No obstante, surgieron en la encuesta unos asuntos dignos de ser atendidos, como por ejemplo este de las nuevas iniciativas en las bibliotecas públicas. Hubo temas más relevantes que otros, sugeridos como objetivos a encarar por parte de las bibliotecas públicas, destacando por supuesto los que tienen que ver con la tecnología y es natural que así sea, pues nadie quiere quedarse al margen. Por el contrario, quieren sacar provecho de cualquier oportunidad o recurso gratuito que les permita estar más informados y mejor preparados en este mundo de hoy gobernado por las tecnologías de última generación. Entre esos temas, en porcentaje de importancia, los encuestados respondieron que las bibliotecas públicas deben encarar servicios alternativos, como:
- 85%: Ofrecer programas gratuitos para ayudar a los niños a prepararse para la escuela.
- 85%: Coordinar más estrechamente con la escuela local iniciativas para proveer recursos a los niños.
- 78%: Ofrecer programas para enseñar a las personas, incluyendo niños y personas mayores, cómo usar las herramientas digitales tales como computadores, dispositivos inteligentes (smartphone) y aplicaciones (apps).
- 76%: Ofrecer programas para enseñar a sus clientes y usuarios acerca de su privacidad y seguridad online.
- 45%: Comprar impresoras 3-D y otras herramientas digitales para permitir a las persona aprender a usarlas y hacer toda clase de objetos.
¿Leer en las bibliotecas: Un placer relegado?
Se mantendrá. Por fortuna, aunque no tiene un porcentaje tan alto en las respuestas de los jóvenes como los temas anteriores, el 30% contestó que definitivamente hay que reservar espacios dentro de las bibliotecas para la lectura, para reuniones y para realizar eventos culturales de todo tipo. En síntesis: más beneficios y espacios para el usuario.
Por lo visto, es un asunto de adecuación y de necesidades del usuario, influidos hoy por los cambios que trajo consigo las nuevas tecnologías. Sin embargo, la buena noticia es que aún así, siempre se mantienen los espacios para la reflexión, la conversación amena, el encuentro y la lectura, que son a no dudar, placeres insustituibles del ser humano. Ahora y siempre.
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