La soledad colectiva

Sin categoría By Abr 18, 2010 No Comments

Yo no se cuántas horas pasan en sus computadores las personas que sigo y que me siguen en mi cuenta de twitter: deben ser muchas porque  lo que soy yo no pierdo oportunidad alguna de acercarme a mi PC o teléfono para ver que está pasando en la Tweetosfera.

Me las ingenio para twitear  mientras me visto, tomo el café de la mañana, caliento el auto, me encuentro en el tráfico pesado, cuando subo en el ascensor, cuando llego a la oficina, y entre recesos y recesos del trabajo diario: es adictivo esta cosa de las redes sociales.

Y ese soy yo que apenas tengo 1040 seguidores y sigo a más de dos mil…pero imagínense a Ashton Kutcher de @aplusk y Pete Cashmore de @mashable, que tienen 4.780.673 y 1.992.863 seguidores, respectivamente. Realmente impresionante!.

No importa si twiteas del último invento de Apple, del sexo de los ángeles o de la inmortalidad del cangrejo, lo cierto es que pasarás por lo menos unas horas leyendo tweets de otros, buscando en tu perfil alguna mención que hayan hecho de tí, retweeteando, o simplemente devanándote los sesos a ver qué diantre twiteas que le pueda importar a este mundo de unos y ceros, o lo que es lo mismo de internet o aún más a  esta red 2.0.

La otra noche me puse a pensar cúanta gente a esa misma hora estaría  frente a su computador, o por su teléfono movil en este mundo virtual de afectos cibernéticos, axhortos, olvidados conscientes del mundo exterior, como sombies…como dormidos despiertos, cazando un afecto, una sonrisa, una mención que les permitiera ir a la cama con un poco de autoestima.

Supuse que eran muchas, pues en el caso de Twitter tiene ya más de 105,779,710 usuarios registrados, lo que significa que si sólo el 10% de ellos estaban conectados cuando  pensaba ésto, 10 millones de personas en todo el mundo, en medio de su más absoluta soledad, compartían conmigo millones de tweets  sin importar un rábano  que pasaría mañana y si las bolsas del mundo o wall street  se estaban viniendo abajo.

Somos  peers solitarios en la red viendo en tiempo real cómo ocurren las cosas en todas direcciones, nos animamos con el ánimo del otro, lloramos con el llanto del otro, nos entristecemos, enfurecemos, reímos, planeamos el futuro…en fin coexistimos ciberneticamente hablando.

Pero les juro que nunca, en esas horas infinitas y silenciosas de intercambio con una pantalla y la soledad, hemos podido  nosotros, millones de amigos cibernéticos,  igualar con tweets la calidéz del abrazo de nuestros amigos offline. !

No Comments

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *