Sus oficiantes habituales andamos de carreritas porque el 26 de abril se celebra el día de la Propiedad Intelectual, esa disciplina hermosa o más bien ese «espacio jurídico» amado por unos y a la vez tan atacado por otros, pero imprescindible para todos.
Basta ver el Mapa de la OMPI con los eventos organizados para celebrar el día mundial de la propiedad intelectual, para darnos cuenta de su repercusión. Por supuesto, en Venezuela también nos hemos hecho eco de esta celebración con actividades académicas tales como ésta y ésta, por solo citar algunas.
Pues bien, a propósito de ello diré tres cosas en esta ocasión acerca de la propiedad intelectual para sumar mi voz con convicción a otras no menos entusiastas que reaccionan a diario de distintas maneras para que esta disciplina prevalezca. En primer lugar haré alusión a las visiones sobre la propiedad intelectual, luego a su vigencia en el ámbito digital a pesar de sus no pocos detractores, y por ultimo expresaremos algunas observaciones propias y ajenas, que pretenden ser especies de tweets en estado germinal. Ahí vamos.
Las dos visiones de la propiedad intelectual
Existen dos visiones habituales de la propiedad intelectual: una que la identifica formalmente como un sistema normativo que hace referencia a las invenciones, a los signos distintivos, los diseños industriales, al derecho de autor y los derechos conexos, etc, a la cual llamaremos para el propósito de este post la visión tradicional positivista. Respecto de ella hay oficiantes entusiastas que la defienden a diario ante cualquier embate y la ejercen como modo de vida profesional; en cambio, existen otros en el lado opuesto que presuponen en ese sistema de normas un obstáculo para el acceso a los medicamentos en condiciones favorables, como impedimento para el disfrute cultural, para el entretenimiento, para al uso libre de contenidos. Que atenta, en fin, contra la libertad de expresión y contra internet como herramienta libre.
La otra visión es la de la personalidad: más humana, más espiritual. Se asocia a la propiedad intelectual con el acto volitivo del ser humano cuyo resultado es una obra del ingenio, materializada en una canción, en un cuento, una novela, un poema, un dibujo, una pintura, una escultura, o en una invención patentable. En fin, una visión a partir de una idea original materializada que termina siendo en la mayoría de los casos un remedio espiritual para las personas o un producto de utilidad económica o social.
La vigencia de la propiedad intelectual en la era digital
Ambas visiones se confrontan hoy, aún en la era digital. Internet es libre como herramienta, como mecanismo para conectar personas. Pero su utilidad sobre todo va asociada al hecho de que es obicua por naturaleza, que facilita las comunicaciones interpersonales y el intercambio de información a gran escala, que acerca a las personas sin que importe mucho las distancias geográficas.
Sin embargo esa libertad tiene ciertos límites. No con relación a la plataforma en si misma, sino más bien respecto de las conductas desplegadas por los usurios en ella, a las acciones que llevan a cabo y que pueden llegar a ser en algunos casos de la misma naturaleza reprochable que en el mundo of line, configurando por ejemplo violaciones a la intimidad, a los datos personales, acoso, uso ilícito de contenidos protegidos por derecho de autor y derechos conexos, etc. etc.
No obstante, ni esas esas conductas ilícitas ni las voces de rechazo al sistema de propiedad intelectual darán al traste con ella, pues no constituyen un obstáculo definitivo porque se pueden combatir y rebatir con los mismos recursos y medios utilizados en el mundo tradicional. En internet lo que cambia es la forma y modalidades típicas de comisión, no el contenido. La radio fue en su momento una nueva tecnología, pero los contenidos fueron los mismos; apareció el cine y los contenidos siguieron siendo los mismos, la televisión irrumpió como nueva tecnología, pero los contenidos no variaron, solo cambió el medio y la forma de expresión.
Internet es la nueva tecnología de hoy, una red nodal por la cual siguen circulando los mismos contenidos de siempre: obras musicales, literarias, audiovisuales, fotografícas, diseños, marcas, etc, solo que en vez de soportes su intercambio se hace digitalmente a través de pequeñas unidades de data.
De modo que no hay nada que temer: mientras haya una idea en estado germinal, la propiedad intelectual se prestará a nacer una y otra vez…aún en Internet.
Siete afirmaciones propias y una ajena a propósito del #WORLDIPDAY
i) Los cuestionamientos a la propiedad intelectual son en realidad al sistema económico de intermediación, ii) El acto volitivo es de la esencia misma del ser humano y la propiedad intelectual su consecuencia iii) Una cosa es la libertad de Internet como plataforma y otra muy distinta la libertad de los contenidos que circulan por ella, iv) La Propiedad Intelectual no limita el acceso a los contenidos, estimula su producción, v) Mientras exista un ser humano, habrá siempre una idea, esto es, una obra potencial. vi) El mayor estímulo para que haya más obras es proteger los derechos de quienes las crean, vii) La libertad de las ideas no la amenazan las normas jurídicas restrictivas, sino los hombres que las promueven.
En fin, la propiedad intelectual prevalecerá porque, como dijo Milan Kundera, quienes crean (estatuas, poemas, sinfonías) merecen mayor honor que quienes gobiernan. Que inmortales son las obras y no las guerras ni los bailes de los príncipes.
Feliz #worldipday !!!
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